The Tucson Museum of Art began to collect modern art in the early 1970s with a generous donation of objects from the Lawrence J. Heller Foundation of European and American modernists. This donation includes works by notable European artists Max Weber, Jacques Lipchitz, and Marino Marini, and American artists Marsden Hartley, Arthur Dove, and William Baziotes, among others.

Over time, other donations have enhanced the collection, including works by noted artists from the Southwest, such as Raymond Jonson and Paolo Soleri, and South American artists, including Fernando Botero. Ranging from the late 19th century to the mid-20th century, these works represent a shift in focus from idealized bodies and the naturalistic rendering of the landscape to works of art that resonate with a sense of lived experiences, inner vision, sensory perception, and metaphoric content.

Bold use of color, experimentation, abstraction, and individuality can be seen in these works, hallmarks of modern art. Works from the 1950s and 1960s mark a pivotal time of change at the cusp of contemporary art. During those decades, artists expressed themselves through new approaches to Cubism, geometric abstraction, Abstract Expressionism, Minimalism, and figuration.

Image credit: William Baziotes, Tropical Bird, 1948, oil on canvas. Gift of the Heller Foundation, Washington D.C., in memory of Lawrence J. Heller. 1976.303 

El Museo de Arte de Tucson comenzó a coleccionar arte moderno, a principios de la década de 1970 con una generosa donación de objetos de la Fundación Lawrence J. Heller de modernistas europeos y estadounidenses. Esta donación incluye obras de los notables artistas europeos Max Weber, Jacques Lipchitz y Marino Marini, y artistas estadounidenses Marsden Hartley, Arthur Dove y William Baziotes, entre otros.

Con el tiempo, otras donaciones han mejorado la colección, incluyendo obras de destacados artistas del suroeste, como Raymond Jonson y Paolo Soleri, y artistas sudamericanos, incluido Fernando Botero. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, estas obras representan un cambio de enfoque de los cuerpos idealizados y la representación naturalista del paisaje a obras de arte que resuenan con un sentido de experiencias vividas, visión interior, percepción sensorial y contenido metafórico.

El uso audaz del color, la experimentación, la abstracción y la individualidad se pueden ver en estas obras, sellos distintivos del arte moderno. Las obras de las décadas de 1950 y 1960 marcan un momento crucial de cambio en la cúspide del arte contemporáneo. Durante esas décadas, los artistas se expresaron a través de nuevos enfoques del cubismo, la abstracción geométrica, el expresionismo abstracto, el minimalismo y la figuración.

Crédito de Imagen: William Baziotes, Tropical Bird, 1948, óleo sobre lienzo. Contribución de la Fundación Heller, Washington D.C., en memoria de Lawrence J. Heller. 1976.303